Reflexiones vacacionales I

Tener cinco días para poder "nadear" es un lujo. Dedicar las 24 horas del día a no hacer nada, ésto es lo que hicimos durante cinco días en Formentera a la vuelta de las Americas.

Todos los afortunados que hemos podido disfrutar de Formentera sabemos que la oferta de la isla, se ciñe a descansar, dormir, comer, fornicar, fumar, beber y playa, mucha playa.

En una de esas sesiones de solete, arena, cerveza, nudismo, chiringuito y agua cristalina perdí un buen rato en reflexionar sobre una chorrada. ¡Qué simple y sencillo es el hecho de que una nube te prive del sol! No es más que una cosa, en este caso una nube, se interpone en el camino. Mientras tú careces de los rayos directos del sol, en otro sitio bastante cercano siguen teniendo luz directa. Es una gilipollez pero me quedé atontado un buen rato.

Incluso, hubo un momento que me dediqué a correr por la playa intentando avanzarme al movimiento de la nube. Era curioso, detrás de mi, sombra, delante, un sol radiante. Finalmente la nube me ganó y estuve un rato sin sol.

eLi ya se descojonó de mi al comentárselo, así que os podéis ahorrar esa parte (o no). También desmontó mis ideas. ¿Y xq no inventar algo que mueva las nubes? ¿Xq no inventar algo que provoque lluvia para poder paliar las sequías?

Supongo que más vale no meterle más mano a la naturaleza y dejar de alterar el ecosistema, ¿no?

Apa!